jueves, 21 de abril de 2011

Anecdota Budista


Antes de que vuestro Maestro Siddharta llegara a la Iluminación, llegó a una Iluminación previa, que no es la Iluminación definitiva.
Entonces el Maestro Siddharta Servía y Servía y vivía Sirviendo, vivía para Servir y sin embargo se sentía triste.
Ananda, el primo de Siddharta, le dijo:
− Primo, hay algo que no me cierra y lo digo con todo respeto, si tu me lo permites. Y Siddharta le dice:
− ¿Qué, Ananda?"
− Estoy notando, y te pido simplemente que no te enojes conmigo, porque de todas maneras el que se enoja es el ego y no el espíritu, que tú te quieres hacer notar.
− Necesito −dijo Siddharta− y el que necesita es el ego, que me dejes solo 24 horas.
Respetuosamente Ananda se retiró. Pasadas las 24 horas lo llama, le da un tremendo abrazo y le dice:
− Tú haz hecho el día en mí. Has sido la gota que rebalsó el vaso a favor. Me has hecho ver que todo el Servicio que yo hacía era para hacerme notar.
A partir de ahí, Siddharta dejó de hacerse notar y llego a su verdadera Iluminación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario